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¿Personas Perfectas?

equipos liderazgo Mar 06, 2021

"Crear personas perfectas es bastante difícil, generar equipos sinérgicos y efectivos es mucho más factible".

Esa frase suele ser parte de una conversación recurrente con nuestros clientes, cuando analizamos las características, el potencial y las competencias de algún profesional, líder o ejecutivo.

Invariablemente, cuando la mencionamos, hay un acuerdo generalizado con la naturaleza de las organizaciones y cómo generar efectividad en ellas. Después de todo, las investigaciones y la experiencia muestran, una y otra vez, que las organizaciones más exitosas se construyen alrededor de equipos, más que de individuos.

Incluso, en esas conversaciones parece haber un compromiso con organizar el trabajo y las decisiones alrededor de ese principio fundamental. Alrededor de construir equipos efectivos, sinérgicos, que aprovechen las fortalezas de cada integrante y compensen sus inevitables debilidades (o, áreas de mejora, que es el término más políticamente correcto).

Sin embargo, después que la reunión termina, ese compromiso se desvanece muy rápidamente y volvemos a la lógica de enfocarnos en el desarrollo de los individuos o de la organización como un todo.

Pero, cuando hacemos eso, perdemos una gran oportunidad. Una oportunidad que está en la base de la supervivencia de nuestra especie desde hace cientos de miles de años.

Durante más del 95% de nuestra historia en este planeta, los seres humanos nos dimos cuenta de que cada individuo, por sí solo, es bastante menos fuerte y efectivo que la mayoría de los otros animales en nuestro entorno. Pero, afortunadamente, también encontramos que un grupo de seres humanos, funcionando de forma coordinada, es capaz de alcanzar logros enormes y superar casi cualquier obstáculo.

Por ello, la mejor definición de liderazgo es "la capacidad para construir y mantener un equipo de alta efectividad".

Esa definición no se centra en las características del líder, aunque son muy importantes, por supuesto, sino en el resultado que el equipo tiene que lograr y la dinámica necesaria para que ello suceda.

Aunque no está implícito en esa definición, lo más importante en la construcción y sostenimiento de un equipo de alta efectividad es la capacidad para identificar, coordinar y aprovechar las fortalezas de cada uno de los integrantes del equipo, para responder a los desafíos y oportunidades que nos presenta nuestro entorno.

Cuando hacemos eso, construimos identidad, sentido de propósito y una historia de logros que permite crear una espiral expansiva en la magnitud de los desafíos que el equipo se atreve a enfrentar y es capaz de enfrentar exitosamente.