Navegando el Océano de Diferencias

"Donde fueres, haz lo que vieres", dice el proverbio popular, enfatizando la importancia de la sensibilidad a las diferencias culturales en distintos lugares.

Esta sensibilidad no solo es importante para los líderes cuando se mueven de un país a otro, sino también entre distintas industrias, zonas geográficas dentro de un mismo país e, incluso, entre grupos que pueden tener valores y preferencias muy distintas entre sí.

Sin embargo, al mismo tiempo que ponemos atención a las diferencias y nos esforzamos por adaptarnos a ellas, incluso dejando de lado nuestras propias preferencias, es muy útil entender que suele haber principios fundamentales que son universales y que nos pueden ayudar a navegar el océano de diferencias con mucha mayor fluidez.

Por ejemplo, un principio fundamental en la comunicación, la construcción de equipos y el liderazgo es "enfocarnos en lo que la otra persona desea conseguir, para conseguir lo que nosotros queremos lograr".

De hecho, esa es una definición clásica del liderazgo, "lograr que la gente quiera hacer lo que nosotros queremos que hagan". Simplemente porque si nos enfocamos en lo que los demás desean lograr, es mucho más fácil lograr su compromiso y entusiasmo que si nos concentramos solo en nuestros objetivos.

Como se suele decir, "uno puede llevar al caballo al río, pero no puede obligarlo a que tome agua".

Por ello, los mejores líderes, usando la misma metáfora, son capaces de atraer e identificar a las personas "sedientas" por lograr resultados, para luego guiarlas para que puedan "saciar su sed".

Como suele suceder en el liderazgo adaptativo, el tipo de liderazgo más efectivo, después de todo, los líderes que logran mejores resultados en una mayor diversidad de circunstancias son aquellos que muestran un mejor "movimiento de cintura" para elegir cuándo y cuánto adaptarse a las diferencias de una situación particular, versus utilizar principios fundamentales, universales e invariables que funcionan mejor en todo tipo de circunstancias.