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La Carreta Delante de los Bueyes

agilidad sistemática equipos liderazgo Dec 02, 2023

Para nadie debería ser una gran sorpresa que muchas de las estructuras organizacionales de las empresas actuales no funcionan muy bien.

No son efectivas para cumplir con el propósito organizacional o no son eficientes en el uso de sus recursos.

En muchos casos, no son ni efectivas ni eficientes y nos da la sensación que “la carreta está puesta delante de los bueyes”.

Pero seguimos utilizándolas porque no parece haber una alternativa mejor y, simplemente, “así son las cosas no más”.

De esa manera, las estructuras organizacionales y las dinámicas culturales que se relacionan con ellas, parecen tomar vida propia y tienden a preservarse, independientemente de nuestros esfuerzos por generar mayor efectividad y eficiencia.

Por eso, muchas de las iniciativas de transformación organizacional suelen fracasar y dejan a las personas con la sensación de que “cambió todo para que todo siguiera exactamente igual”.

Todo el desgaste, sufrimiento y esperanza del proceso de transformación parece quedar en nada.

¿Es esto inevitable o, simplemente, tenemos que darnos por vencidos y “enfrentar la realidad”?

Obviamente, yo creo que no.

Pero para enfrentar esta situación de manera exitosa, necesitamos entender que el proceso por el cual se suelen construir las estructuras organizacionales puede tener lógica inicial, pero no necesariamente es la forma más efectiva o eficiente. Especialmente a mayor escala.

Al inicio de una compañía, el fundador o fundadora suele hacer  de todo. Se involucra en todos y cada uno de los pasos y procesos de la generación, distribución y venta del producto o servicio que provee la empresa.

Obviamente, esa forma de organizar, especialmente si la compañía es altamente exitosa, es totalmente insostenible.

Simplemente, nadie puede estar en todo.

Por ello, en algún momento (normalmente, demasiado tarde), los fundadores llegan a la conclusión de que necesitan liberar parte de su tiempo y contratar a personas que les ayuden.

Inicialmente, puede ser un(a) asistente, luego alguien a cargo de Contabilidad, de Tesorería y, posteriormente, de una parte de la operación, de las ventas, etc.

Por lo tanto, el proceso natural de construcción de las organizaciones suele ser “desde arriba hacia abajo”, donde cada persona adicional tiene el objetivo de liberar parte del tiempo del, muchas veces renuente, fundador.

Porque es evidente para todos que la falta de delegación transforma al fundador en el mayor cuello de botella en la organización.

Aunque eso no suele detener a demasiados fundadores y fundadoras, quienes siguen intentando estar en todo mucho más allá de lo recomendable.

Incluso, para algunos de ellos, la enorme energía y capacidad de trabajo, que es una gran fortaleza en los inicios, se puede convertir en su mayor debilidad, limitando seriamente el desarrollo de sus colaboradores e, incluso, el de su propia compañía.

Por ello, una manera mucho más efectiva, aunque quizás contraintuitiva para muchos, es organizar “desde abajo hacia arriba”.

Organizar desde el trabajo que se necesita realizar.

La investigación y experiencia ha mostrado que las compañías más efectivas y eficientes se estructuran alrededor de equipos encargados de lograr objetivos y resultados concretos y específicos, más que solo para liberar el tiempo de los líderes superiores.

Equipos que se encargan de asegurar la satisfacción de los clientes, coordinar con los proveedores, cumplir con los reguladores, relacionarse efectivamente con las comunidades, informar continuamente a los inversionistas y toda otra actividad de relación de la compañía con su entorno, de manera ágil y efectiva.

Y eso es, precisamente, lo que nuestro Programa de Agilidad Sistemática permite a los líderes y compañías que se atreven a mirar a sus organizaciones con una perspectiva nueva.

Una perspectiva que empodera a las personas y equipos, libera a los líderes para dedicarse a los temas estratégicos y no a los problemas diarios y provee oportunidades de desarrollo para todos.

No muchos se atreven, pero quienes lo hacen, nunca se arrepienten.