Curiosidad Profunda e Insaciable

¿Qué marca la diferencia en los resultados que las personas obtienen en sus vidas y carreras?

En una reunión reciente donde tuve la oportunidad de participar, se juntaron tres expertos de nivel mundial en sus respectivos campos, para compartir sus perspectivas con respecto a ese tema.

Estos expertos eran:

1. Robert Cialdini, profesor de la Universidad de Arizona y mundialmente reconocido como el mayor investigador en todo lo relacionado con Persuasión.
2. B.J. Fogg, profesor de la Universidad de Stanford y experto en comportamiento humano y efectividad.
3. Chris Voss, ex negociador jefe del FBI para situaciones críticas, como liberación de rehenes.

Cada uno de estos profesionales, obviamente, compartió recomendaciones muy interesantes en su ámbito de especialización, mostrando ejemplos muy claros de cómo implementarlas.

Sin embargo, lo que más me llamó la atención fue que, al final de esta reunión de casi 3 horas, los tres coincidieron en que, por lejos, el factor clave que determina el grado de éxito de una persona es lo que en inglés se denomina “Continuous Lifelong Learning”.

Es decir, la tendencia de una persona a mantenerse en un proceso abierto de aprendizaje durante toda su vida.

Simplemente, las personas que, activamente, buscan expandir constantemente su conocimientos, experiencias y habilidades, en un proceso constante de aprendizaje, crecimiento y cambio, invariablemente, obtienen mejores resultados.

Es más, el mayor crecimiento muchas veces proviene no tanto de adquirir nuevos conocimientos acerca del mundo externo, sino de estar abiertos a explorar, conocer y desarrollar nuestro mundo interior.

Ser capaces de mirarnos a nosotros mismos. Entender nuestras características y capacidades. Reconocer cómo nuestras creencias acerca de quiénes somos y de cómo tenemos que relacionarnos con el mundo a nuestro alrededor, nos pueden abrir o cerrar posibilidades.

Mostrar una curiosidad profunda, incluso insaciable, por todo aquello que nos puede permitir una ventaja, aunque sea muy mínima, pero que, combinada con otras, terminan marcando la gran diferencia.

Esta característica de los individuos más exitosos, obviamente, también es aplicable a los grupos de individuos, equipos y organizaciones.

Desafortunadamente, demasiadas veces se suele pensar que el ideal para una organización es que funcione “como una máquina”, que transforma insumos en productos o servicios específicos, de manera consistente y predecible, sin variaciones.

Sin embargo, las organizaciones más exitosas realmente se parecen más a un ecosistema biológico, que se va adaptando de manera ágil y dinámica a lo que requiere la situación a la que se enfrentan.

Este tipo de organizaciones es, precisamente, lo que genera nuestro Modelo de Agilidad Sistemática, que ayuda a los líderes superiores de las organizaciones a instalar las prácticas, mecanismos y hábitos que hacen que la agilidad e innovación se conviertan en una forma de ser para la organización, en vez de ser iniciativas esporádicas y aisladas.